2097
LOS ILUSOS
Mi nombre
iniciático fue Homet-Nut. Tuve el privilegio de ser admitido en
La
Fraternidad Solar, que creara en su día el faraón
Akhenatón. Tanto yo, como mis setenta y un hermanos, juramos servir
los valores de los Hijos del Sol, a través de los tiempos, en las
diversas reencarnaciones que se nos asignaran en la Tierra, por los
señores del Karma.
Se me ofertó y
adquirí el compromiso de revelar el conocimiento.
Fui el guardián
del Ojo Sagrado de Ra y se me programó con la facultad de mirar
hacia atrás en los Registros del Tiempo.
Por esto me ha
tocado asomarme a este momento, contando cuanto puede ver mi
espíritu.
En un determinado
estado de conciencia, soy un ser atemporal. Y como en una gran
pantalla, veo acontecimientos, percibo sensaciones y revivo
situaciones, en las que los miembros de la Fraternidad
Solar, se han visto envueltos, a través de
la
Historia.
*******
La noche del 4 de julio de 1950
el científico Dr. Ingeniero Daniel Walter Fry que trabajaba en
la
Base americana de White Sands, cerca de Las Cruces,
en Nuevo México, se vio sorprendido por la presencia inusitada de un
platillo volante. "El Sol se había puesto hacía cerca de una hora
-cuenta Fry. Mis ojos escudriñaban el cielo y se detuvieron sobre un
grupo de estrellas, especialmente brillantes, sobre los picos de la
montaña. Repentinamente una de las estrellas desapareció. Luego otra
estrella, justo a la derecha de la primera, desapareció asimismo e
igualmente dos más posteriormente. Una fuerte sensación punzante
recorrió mi espina dorsal. Cualquier cosa que fuera estaba
eclipsando la luz de las estrellas, estaba aumentando rápidamente su
diámetro aparente y su trayectoria me indicaba que sin duda venía
hacia mí. Posteriormente se posó en tierra con suavidad. Salvo el
crujido de los matorrales debajo de ella, no hizo ningún sonido. Por
casi un minuto permanecí sin movimiento. Una fantástica sensación me
sobrecogió, y permanecí mirando al objeto desconcertado y hechizado
como un niño que estuviera observando una representación insólita de
circo".
"Durante muchos años había estado
empleado en el campo del diseño de naves aéreas y espaciales, y
había colaborado en el desarrollo de muchos proyectiles guiados. A
través de mi trabajo en White Sands Províng Grounds y otros centros
de desarrollo, me había familiarizado con la mayoría de los
adelantos recientes en aeronáutica.
Pero aquel artefacto era más
adelantado de todo lo que yo había conocido hasta entonces". En un
principio Fry creyó que se trataba de un proyecto de la Unión
Soviética pero luego descartó la idea. Se acercó
suavemente a tocar la nave, cuando escuchó una voz crispada en el
aire: "Mejor no toque el casco, compañero, todavía está caliente".
Daniel dio un salto hacia atrás y cayó en la arena al tropezar con
unas matas. La voz de nuevo replicó: "Tómelo con calma, compañero,
está entre amigos". Siguieron varias palabras cruzadas entre nuestro
personaje y la voz, que al final y respondiendo a la pregunta de si
se trataba de algún americano, respondió: "Yo no soy americano como
Vd., aunque mi actual misión requiere que yo me transforme en uno...
La verdad es que nunca he puesto un pié sobre su planeta. Requerirá
cuatro años más para adaptarme a la atmósfera y a la gravedad e
inmunizarme a sus agentes biológicos". Siguió la voz diciendo: "Las
expediciones previas de nuestros antecesores en un período de muchas
centurias se encontraron con un fracaso casi total en este aspecto.
Esta vez hay esperanzas de que seremos capaces de encontrar mentes
más entrenadas y más receptivas para que nosotros podamos ayudarles
en el progreso de su raza". Posteriormente, pasada la primera
impresión, la voz se dio a conocer como la de Alan, que a su vez le
invitó a subir a la nave para salir de viaje hacia Nueva York. Al ir
a tomar asiento en la nave, el Ingeniero vio dibujado en el respaldo
el símbolo del árbol y la serpiente. Estos símbolos al ser próximos
a nuestra cultura motivaron una serie de preguntas que la voz
extraterrestre respondió así: "Usted está perfectamente en lo cierto
cuando señala que el símbolo del árbol y de la serpiente es común en
la historia y en las leyendas de su planeta. También es común en el
nuestro. La explicación es que tenemos, por lo menos en parte,
antecesores comunes.
"Hace decenas de miles de años,
algunos de nuestros antecesores vivían en la Tierra.
Había en esta época un pequeño continente en una
parte hoy cubierta por el mar que ustedes llaman Océano Pacífico.
Algunas de sus primitivas leyendas se refieren a esta masa de tierra
sumergida como el "Continente Perdido de Mu o Lemuria". "Nuestros
antepasados habían construido un gran imperio y una ciencia vigorosa
sobre este continente. "En la misma época había otra raza que se
desarrollaba rápidamente sobre otra masa de tierra en el área
central y sur del actual Océano Atlántico. En sus leyendas este
continente ha sido denominado Atlántida. "Había rivalidades entre
las dos culturas en sus progresos científicos. Al principio eran
amistosas, luego se volvieron más amargas con el correr de los años,
y cada raza hacía alarde de sus conquistas ante los otros. "En pocas
centurias su ciencia había sobrepasado el grado de desarrollo que
existe ahora aquí. No satisfechos con liberar pequeñas porciones de
la energía del átomo, como hacen en la actualidad sus físicos, ellos
habían aprendido a rotar toda la masa sobre su eje energético. De la
rotación de un trozo de materia del tamaño de un penique de cobre,
resultaba la liberación de setenta y cinco millones de sus
kilovatio-horas. "Con el constante aumento de la tirantez entre las
dos razas y con el imparable aumento de los recursos destructivos,
era inevitable que eventualmente se destruyeran entre ellas. Del
enfrentamiento de ambas razas y de la aparición de sus artefactos
aéreos fue de donde
se sacaron los antiguos mitos del ?Olimpo? y de los dioses enfrentados y apareados
con los humanos. "Las energías liberadas en esa destrucción fueron
suficientes para provocar el mayor cambio en la configuración
superficial del planeta; y las radiaciones concomitantes fueron tan
intensas y extendidas, que la superficie de la Tierra se volvió
totalmente inhabitable para el ser humano durante varios miles de
años...".
Continúa Alan diciendo que unos pocos
supervivientes de aquella catástrofe se instalaron en las altas
cumbres del Himalaya, donde depositaron los testimonios del
conocimiento de su raza y de su cultura. Cinco naves formaban parte
de aquellos náufragos de la radiación atómica. Su fin era inminente.
Algunos pensaban no obstante que la radiación no llegaría hasta
tales alturas y que los vientos tan altos en estas cumbres
disiparían la energía mortífera vertida en la guerra. Se hizo una
asamblea. Unos pocos optaron por quedarse en dichas cumbres. Otras
cuatro naves, decidieron aventurarse por el espacio, aún sabiendo
que no se había conseguido todavía grandes distancias
interplanetarias. Pero el espíritu de supervivencia era imperioso y
optaron por lanzarse a la aventura. Una de las naves se perdió en el
vacío cósmico, las otras cuatro consiguieron adaptarse a una vida
nómada intergaláctica a través de miles de años de supervivencia.
Después de treinta mil años, les tocaba ahora regresar a la tierra,
por eso estaban introduciendo atmósfera, presión, y microorganismos
a sus naves para adaptar sus cuerpos ahora transformados por tan
largo periodo de exilio, a las condiciones actuales del planeta
tierra. Esta es la historia. Es probable que Alan y los suyos estén
a estas alturas viviendo entre nosotros. Pero esto es algo que se
queda en el camino de la especulación. En cualquier caso la historia
es interesante y digna de conocerse.
AÑO 2097
"Los cosmonautas habitan en el gondiva
argentino"
"Seres interplanetarios en desembarque
transformando sus formas para aliviar a la tierra"
"¡Llegan los astronautas extraterráqueos!
¡No tema el hombre porque ellos aman en caridad y paz!
Aguardad",
"Naves interplanetarias no visibles a la
retina humana, llegarán a la Tierra.
Habitarán América en el extremo
Sud. Allí recogerán materiales para socorrer al mundo en el
hambre y en el cataclismo de fuegos. Portarán sangre humana a sus
laboratorios satélites para elaborarla
artificialmente",
"España y la Argentina serán unidas por
un puente espiritual, sostenido por naves interplanetarias. En ambos
países morarán ¡navieros blancos! (Profecía de 1959)"
Benjamín Solari Parravicini (Vidente
Argentino)
*********
Me
llamo Giovanni Córcega Metéo. Vivo en la ?Tacita de Plata? en la
ciudad de San Salvador de Jujuy (Argentina). Nací el 26 de Marzo del
año 2050. Hijo de Juan y de María Angélica. Estudié hasta el grado
terciario y me licencié en Ingeniería. Mi esposa, también se
licenció en Matemáticas y damos clases en la Universidad
de San Salvador de Jujuy. Vivo con una mujer maravillosa y tengo dos
hijos. Fue en las fechas próximas a mis 47 cumpleaños cuando se
desarrollaron los acontecimientos que ahora deseo
relatar:
Argentina
en estos días era una nación próspera. Regida por una democracia muy
burocratizada. Si algo caracteriza a nuestra raza, es la capacidad
de vivir con poco esfuerzo, y si es posible a cuenta de los demás.
La clase funcionarial era la más elevada de toda América. Dos
partidos políticos; uno conservador y otro progresista se
alternaban en el mando cada cinco años. El número de habitantes en
nuestra nación superaba los noventa millones de seres. El número de
emigrantes provenientes de la vieja Europa, después de la
devastadora III Guerra mundial, cuarenta años antes, había formado
un grupo heterogéneo, donde los hispanos, Italianos y
norte-americanos dominaban sobre los que habían venido de los países
vecinos de nuestra región Sudamericana.
Los
impuestos establecidos por el Gobierno condicionaban toda la
?supuesta libertad? en la que vivíamos. Se cobraba por el agua, por
el gas, por la luz, por la vivienda, por la educación, por la
sanidad, por los peajes de circulación, por los vehículos usados,
por la comunicación. Se pagaban unas veinte modalidades de seguros
diversos. El voto democrático era obligado desde los veinte años de
edad. Todos estábamos obligados a votar, tanto individualmente como
por familias; es decir, si una familia superaba los tres miembros
emitía otro voto, y así progresivamente por el número de hijos que
tenía cada clan familiar.
Bajo
la piel en el reverso de la mano, cada uno de nosotros teníamos un
implante electromagnético, con el que accedíamos a los bancos, a
diversos puntos de seguridad o a obtener diversos servicios. Pero
estos microchips, no eran sino otras formas de control por parte del
poder establecido.
Había
libertad de culto, siendo el Judaísmo y el Cristianismo, las dos
corrientes dominantes en nuestra nación, aunque con muy pocos
adeptos. La mayoría no practicaba religión alguna. Los valores
éticos y morales eran dictados por modelos culturales que los medios
de comunicación emitían cada día en las emisiones lúdicas,
educativas y deportivas.
Pero
esta sociedad no era feliz, ni estaba realizada, puesto que la
emigración de las naciones fronterizas, como Bolivia,
Paraguay,
etc,
etc.
Había creado zonas marginales con grandes limitaciones humanas en
Salta, Tucumán, Córdoba, etc., Desgraciadamente unos pocos seguían
teniendo mucho, y muchos más tenían muy poco.
Argentina
no tenía ejército. El Gobierno pagaba un tributo a la nación
norteamericana por protegernos. ¡Aunque sería más propicio decir,
que se pagaba para no ser invadidos?.
El
estado policial por el contrario era el más alto de todo el mundo.
Todo estaba controlado por la policía. No existía casi delincuencia
ni robos. Pero la mayoría de la población pensaba que pagar tanto
impuesto para no ser robado, representaba un robo aún mayor por
parte de las autoridades. Hacía décadas que con la disculpa de
evitar ataques terroristas y de delincuencia organizada, grupos de
poder habían creado una especie de jerarquía dominadora que con
dicha disculpa, presionaban y empobrecían al pueblo hasta límites
alarmantes. Las Leyes emitidas por los grupos de poder eran el arma
más eficaz para producir en forma indirecta una jerarquización
injusta entre pobres y ricos, listos y tontos y buenos y malos.
Argentina
producía carne y grano en cantidades enormes, que vendía con mucho
lucro a todo el mundo. Nuestra nación no había participado en la
pasada guerra y esto le permitió afrontar la post-guerra en una
situación ventajosa respecto de los países de medio oriente, África
y Europa, que arrastraban una deuda insuperable.
Las
condiciones climáticas del planeta eran ahora extremas. La
progresiva invasión de las aguas en las naciones de tierras bajas
habían cambiado las estaciones hasta el punto que el era
impredecible saber cuando entraban el Verano o el Otoño. Tormentas
terribles, aguaceros, ciclones y terremotos azotaban a las diversas
latitudes del planeta haciendo muy difícil la supervivencia de
la
Humanidad.
El
petróleo solo lo empleaban las naciones más pobres. Las
energías, eléctrica, solar y magnética eran empleadas por las
sociedades más prósperas, que utilizaban con éxito la energía de
fusión y el motor de hidrógeno. Pero por supuesto se pagaba por
todo, por dormir, por vivir, por respirar. Se había alcanzado una
prosperidad y una paz muy caras. Desgraciadamente el ser humano
siempre se jerarquiza entre ricos y pobres o entre trabajadores y
vagos.
Tal
era el clima vital que existía en nuestro tiempo. Pero no deseo
seguir denunciando estos hechos, sino contar nuestra experiencia
personal y directa:
El
profesor Ulises Pérego había fallecido hacia pocos años. Este
maravilloso maestro, además de dar clases en la Universidad
Estatal de Buenos Aires, como profesor de
Astrofísica, había creado una verdadera fraternidad de alumnos;
ahora ya adultos, con un espíritu fraternal y con lazos entrañables,
que el pasar del tiempo no había podido romper.
En
Casi todas las provincias de Argentina, en Uruguay, en Bolivia; en
Estados Unidos. Incluso en Europa, seres aparentemente opacos,
resignados y sumisos, había podido acceder a un conocimiento
superior que solo nuestro querido profesor había podido
trasmitirnos. Éramos reencarnacionistas, vegetarianos y practicantes
asiduos de la meditación y de la auto-escucha.
Nuestro
querido maestro, además de dar clases mantenía unas curiosas
tertulias en un lúgubre café del viejo barrio de Corrientes. Allí
nos reuníamos alumnos, trabajadores personas con diversas
profesiones liberales, que sin presión alguna, por el solo deleite
de hablar y de aprender habíamos establecido unos lazos que
trascendían la materia y entraban en el ámbito del espíritu.
La
policía había investigado tanto al profesor como a todos nosotros.
Yo estudiaba la carrera de Física y vivía como una de mis tías.
Mientras que mis padres residían en Jujuy. Tenía miedo a ser
detenido por mis ideas, pero finalmente se nos clasificó de
inofensivos, sectarios y mitómanos, pues hablábamos de
la
Fraternidad Solar entre espíritus y de lazos que
manteníamos en el mundo astral, que no en el físico. Viendo por
tanto la policía que teníamos una jerga y unos hábitos neuróticos,
fuimos considerados como unos excéntricos y dejados a nuestro libre
arbitrio, siempre que no causáramos problemas.
Los
encuentros en el café eran libres. El Dr. Pérego era contrario a
formar asociaciones, iglesias, sectas o grupos organizados. El
mantenía, que por encima de las limitaciones físicas, existía un
mundo donde la inteligencia gobernaba un alma libre, capaz de
penetrar las barreras del tiempo y del espacio. Nuestras verdaderas
citas para recibir amor y conocimiento se daban en la noche, pero no
físicamente sino en desplazamientos astrales conscientes y
colectivos.
Nuestro
profesor nos había hablado de un templo que podía ser encontrado en
los umbrales de la imaginación. Pero para llegar a ese templo era
necesario observar una rectitud moral absoluta. Tener un cuerpo
educado en el equilibrio en la perfecta nutrición, en el ejercicio y
en la higiene total. Todos nosotros no comíamos carnes ni pescado y
mucho menos alcohol y droga alguna.
La
policía secreta había torturado a varios alumnos con el objetivo de
localizar dicho templo, pero al ser un templo imaginativo nos habían
considerado alucinados. Sin embargo, en dicho templo no solo
estábamos alguno de nosotros, sino seres no humanos, seres venidos
de otras Galaxias, que dejaban su cuerpo físico en sus planetas y
viajaban en el espacio y el tiempo a las reuniones que allí se
practicaban.
Siendo
jóvenes e impetuosos, deseábamos penetrar y encontrar dicho lugar,
pero para acceder al mismo, la prisa y la aceleración no eran el
mejor método. En los primeros años, después de ejercitar la mente y
practicar la meditación con un gran celo y frecuencia, solo veíamos
las murallas exteriores. Con el tiempo veíamos que los lugares
aparentemente vacíos, tenían en realidad seres, formas e ideas, que
siempre habían estado, pero que nuestra falta de habilidad no había
podido descubrir en las primeras sesiones.
Algunos
alumnos no pertenecientes al grupo, pensaban que tomábamos algún
alucinógeno. Pero El Dr. Pérego nos aconsejó falsear la información
y no hablar de estos temas en el café. Pero de esta sospecha se pasó
a la de secta o grupo de desviación sexual. Esta sospecha también
fue descartada en el tiempo, dado que había hombres y mujeres y
además algunas eran y son aún pareja y las muestras de afecto entre
uno y otro género no dejaban lugar a dudas.
-
¡Nunca estáis solos!... Caminamos todos en varios espacios y varios
tiempos simultáneos ?nos decía- y en nuestro camino existen seres
con cuerpo, sin cuerpo, seres mentales y seres espirituales que se
identifican con nosotros, por la vibración. La vibración de cada
elemento existente, material o no material es el vehículo de unión
con otras tantas vibraciones idénticas emitidas por otros
seres.
-
Maestro, -le preguntábamos- ¿Cómo se puede vivir en diversos
espacios y tiempos en el mismo instante?
-
Cuando tu estas durmiendo y soñando con una realidad onírica
profunda, ¿Dónde estás realmente? Cuando estas imaginando ¿Dónde
estás realmente? Si vuestra imaginación cree que estáis elevándoos
de vuestra silla y vuestro cerebro entra en una fase vibracional
adecuada, conseguiréis levitar y romper la ingravidez. En ese caso
¿Dónde estáis realmente?
El
profesor Pérego había sido amonestado en varias ocasiones por el
rectorado de la
Universidad, por realizar prácticas muy discutibles
sobre las leyes físicas y la teoría de la
relatividad.
Aún
se comenta entre sus ex-alumnos una de sus numerosas clases
magistrales:
-
Como sabéis, existen cuatro fuerzas y fluidos energéticos
fundamentales ? Decía el viejo profesor - Fuerza
gravitatoria, Fuerza nuclear débil, Fuerza electromagnética y Fuerza
nuclear fuerte. Pero esta definición que viene siendo revisada desde
el mimo día que se postuló, no incluye la fuerza Psicotrónica, la
energía astral y la fuerza manásica primigenia.
Y
a partir de ese momento la clase entraba en una exposición
quasi
filosófica o de física cuántica, que nos cautivaba y alucinaba. Como
era lógico, el rector de la Universidad le había amenazado con la
expulsión inmediata si persistía en dar patadas a la ciencia con
disquisiciones metafísicas, que tan solo bullían en su terca
cabezota. Pero era esa rebeldía lo que más nos atraía a sus alumnos.
El Dr. Ulises Pérego, era para muchos el caudillo que replicaba la
oficialidad sin alma en la que nos movíamos. Era nuestro libertador.
Que aunque no nos invitaba a combatir con armas, si nos hacía
ensoñar y romper las barreras del sometimiento y el dogmatismo
doctrinal y científico.
Un
día realizó una experiencia ante sus alumnos que ha pasado de ser un
caso cierto y comprobado por todos nosotros a un mito o a una
experiencia alucinatoria colectiva.
Hizo
una pequeña selección de cuatro individuos de la clase y les entregó
sendas pastillas para el sueño. A continuación les acostó en una
camilla y les acopló diversos polígrafos en diversas zonas
cerebrales y en el pecho. Conectó dichos sensores a nuestras
computadoras y antes de entrar en el sueño profundo, les indicó que
a través del propio sueño, sin desplazar su cuerpo, debían viajar
con la energía ?psicotrónica? al sótano del edificio, donde los
jardineros de la
Facultad habían escondido diversos objetos en
sendas cajas blindadas y selladas. Ni el profesor, ni ninguno de
nosotros sabíamos lo que contenían las cajas.
Otro
grupo de trabajo se situó en el mismo sótano con una red
hipersensible de rayos infrarrojos. Introdujo asimismo varios gatos,
dos o tres serpientes, un perro y algún
murciélago.
Al
cabo de una hora, los cuatro alumnos inducidos al sueño, comenzaron
a entrar en fase REM, Los monitores determinaban que había
abandonado la fase beta de la atención cerebral, introduciéndose en
el mundo onírico.
A
través del circuito cerrado comenzamos a ver como en los minutos
sucesivos, los gatos, erizaron el lomo, los perros, agudizaron las
orejas, el infrarrojo comenzó a activar el sonar, las serpientes
silbaban con sonido amenazante y se elevaron en posición de ataque y
los murciélagos comenzaron a moverse en las jaulas con sonidos de
pánico continuados. Todos los chivatos se habían vuelto locos. ¿Qué
estaba pasando?... la respuesta vino a continuación cuando uno a uno
de los que había vivido la experiencia del sueño, escribieron por
separado lo que habían vivido y todos y cada uno de los objetos que
había en las cajas.
-Vi,
como abandonaba mi cuerpo ? Decía uno- Otro afirmaba que se había
hecho chiquitín y que había entrado en las cajas cogiendo con la
mano los objetos que allí había. Dos de ellos, no comprendían como
no nos habían escuchado, puesto se veían fuera de su cuerpo, pero en
la clase dándonos voces para que les hiciéramos caso.
Se
subieron las cajas del sótano y se desprecintaron ante la vista de
todos. El asombro fue total, puesto que los objetos descritos en las
listas de los inducidos al sueño, coincidían a la perfección con los
objetos reales en las cajas contenidos.
-
Como habéis comprobado, estos alumnos sometidos al sueño, han
viajado por medio y en el entorno de la energía psicotrónica. -Decía
Pérego.
Nos
quedamos helados, ¿Cómo lo había hecho? ¿Qué había pasado realmente?
Algunos alumnos comenzaron a gritar acusando al profesor de farsante
y prometieron hacer una investigación sobre la trama montada. Pérego
se quedó mirando por la ventana en un profundo silencio. Todos
comenzamos a preocuparnos ante esta reacción del profesor. Pero lo
que realmente fue asombroso, por no decir milagroso fue lo que
sucedió a continuación. El Dr. Ulises, se volvió con una mirada
extraña y mirando al fondo de la clase dijo:
-
Sois el resultado de una materia impregnada de dogmatismo, de
inmovilidad, de prejuicios. Solo cuando empleéis la imaginación y el
ensueño podréis entender lo que comprenden los pájaros, los recién
nacidos y las personas de espíritu abierto y que les ha sido negado
a los científicos y a los materialistas.
Según
estaba hablando, vimos asombrados como su cuerpo se iba elevando
sobre la tribuna. Algunos alumnos comenzaron a temblar, otros se
encogieron en sus asientos y nosotros, sus amigos, sus adeptos y sus
hijos espirituales, comenzamos a llorar con un silencio cargado de
amor y de respeto.
Justo
cuando había alcanzado los cincuenta centímetros del suelo,
desapareció ante nuestros ojos atónitos, asustados y perplejos.
Durante un minuto nadie habló. El pánico se había apoderado de
todos. ¿Dónde estaba nuestro profesor?.... Pasaron aún varios
segundos más cuando escuchamos la inconfundible voz de nuestro
querido maestro:
-
¡Arturo! Haz el favor de sentarte.
El
profesor apareció súbitamente ante nuestros ojos sentado en su
silla, cómo si nada hubiese ocurrido. Intentamos que nos explicara
lo que había pasado y él se negó a responder. Solo unos pocos
habíamos comprendido. Esta vez el rector no se enteró de nada puesto
que nadie tenía la suficiente fuerza moral para explicar lo que
había sucedido, además de haber sido tomado por drogadicto o
neurótico.
Fueron
varios centenares de experiencias las que vivimos de nuestro querido
profesor, pero esto nos llevaría un libro entero, y no es esto lo
que deseo trasmitiros. Sigamos por tanto con los
hechos.
Cada
25 de Marzo, después de habernos graduados, los viejos y nuevos
alumnos que habíamos frecuentado el café, nos reuníamos con el
profesor. Era una vez al año, pero este encuentro nos permitía vivir
y compartir nuestras diversas experiencias. Pero lo más asombroso,
era comprobar, como los viajes astrales que habíamos hecho durante
el año al templo del conocimiento, eran iguales, complementarias y
fantásticas. Otros, los más jóvenes no conseguían realizar dichos
viajes, pero compartían por fe, por lógica y por madurez espiritual
lo que allí se decía y experimentaba.
Los
25 de Marzo sucesivos fueron más los alumnos y simpatizantes que se
reunían y para no llamar la atención decidimos formar pequeñas
asambleas por provincias, reuniéndonos tres o cuatro veces al año, y
enviar una representación de cada una de dichas asambleas a la casa
del profesor, cada día 25.
Pero
un mes de Agosto, cuando nuestro viejo maestro había cumplido los 87
años, falleció y aunque siguieron las asambleas provinciales, ya no
acudimos a su casa. El Dr. Ulises no había dejado descendencia pues
tampoco tuvo una esposa con la que tenerlos. Nunca consiguió
consolidar una relación lo suficientemente larga para tal fin.
Entre
argentinos y de otros tantos países contabilizamos alrededor de 555
personas, afines, seguidores o simpatizantes activos de este extraño
movimiento. Digo extraño, porque nunca nos federamos, ni nos
legalizamos, ni establecimos reglas para juntarnos. Habíamos
comprendido a lo largo de los años, que pasar desapercibidos era
garantía de supervivencia.
En
broma o en serio, nos llamaban los ?Ilusos? pues este nombre hacía
referencia a nuestro querido maestro Ulises Pérego. Y después de su
muerte fui designado como el coordinador de todo el grupo. El viejo
profesor, nos había indicado que no escribiéramos nada relacionado
con el conocimiento. Debíamos trasmitir nuestra pequeña sabiduría a
través de la
palabra. Pues solo con la vibración del verbo se
pueden transmitir determinadas informaciones, que no entran en los
libros por muy grandes que estos fueran.
Esta
era el clima y la génesis de los hechos que precipitaron los
siguientes acontecimientos que ahora describiré.
EL ENCUENTRO
Mi
esposa, Telma Galani, era una parte fundamental, no solo de mi vida,
sino de la aventura que en breve nos disponíamos a realizar. Los
padres de mi esposa, poseían un enorme rancho a 100Km de San
Salvador de Jujuy, lindando expresamente con el parque de Calilegua;
precioso parque nacional de la República
Argentina, que con cera de 73000 Ha,
resultaba un oasis de verdor, de naturaleza y de vida, todavía no
contaminada en los últimos años del siglo XXI.
En
los comienzos del año 2097, el padre de Telma, había fallecido. Por
tanto mi mujer, heredaba el rancho irremediablemente puesto que era
hija única, y su madre había fallecido tres años antes. No tuvimos
que pensar mucho al respecto. La vida en la ciudad era insoportable,
por lo que decidimos trasladarnos al rancho a comenzar una nueva
vida.
La
vida en el racho era un poco más libre que en la ciudad; aunque no
era menor la presión de los impuestos, del control sanitario, de las
revisiones veterinarias, de los impuestos insoportables para la
producción de grano y leche. La vida en el campo, en todo caso,
tenía el aliciente de la vida sana y decidimos vivir de una manera
más armónica. Nuestros hijos tenían 19 y 17 años respectivos y
también optaron por vivir en el rancho.
Cada
día en la primera hora de la madrugada tomábamos nuestro vehículo y
acudíamos a la Universidad. Pero retornábamos a comer
a casa y por la tarde nos ocupábamos de las numerosas tareas del
rancho. Al ser vegetarianos, decidimos vender todo el ganado de cría
para carne y solo nos quedamos con dos centenares de gallinas,
algunas cabras y varias vacas para leche. Teníamos en
la
Hacienda dos familias bolivianas que se ocupaban
del mantenimiento del enorme rancho que habíamos heredado.
Telma;
vidente natural desde el nacimiento, acudía sin ninguna dificultad a
las sesiones astrales que manteníamos en nuestro templo del Sol.
Pero las capacidades psíquicas eran asombrosas. Vivía más próxima al
universo astral que al físico, por tanto en nuestra casa,
convivíamos con todo tipo de entidades, de las que yo; menos dotado
que ella, percibía en una pequeña medida, pero Telma incorporaba
estas presencias a su vida de una manera natural.
Hacia
el 5 de Enero del año 2097, nos reunimos en Buenos Aires, cerca de
cuatrocientas personas, de nuestro grupo de ?Ilusos?. Era la reunión
anual que cada año procurábamos fuera la más importante de todas. En
dicha reunión se comentaron las incidencias de las familias, de
nuestras vidas y de la marcha del mundo. La percepción de todo el
grupo era unánime: ?Vivir en el mundo con la conciencia que teníamos
y los hábitos que practicábamos era imposible?. Pero se habían
intentado varias veces diversas comunidades y todas habían terminado
en tragedia; nos guste o no, el ser humano no está preparado para
vivir en comunidad.
También
fue unánime la percepción astral, tanto en las visitas al templo,
como en las vivencias espontáneas personales; que ?algo importante?
estaba por acontecer en breve.
Todos
los hermanos hablaban de interferencias de seres que venían del
cielo y que eran altos, delgados y muy pálidos; pero sus auras
emanaban amor y sabiduría. Algo querían estos seres de nosotros.
¿Pero que era?... No nos poníamos de acuerdo. En cualquier caso,
algo muy importante estaba por suceder en breve.
Se
creó un grupo de visiones por cada región. Los más dotados del
colectivo, nombraron a doce personas para compartir diariamente las
meditaciones y percepciones astrales y una vez establecidas las
conclusiones pertinentes enviarlas a los responsables de la
comunicación de cada región. Uno de estos doce, era mi esposa Telma;
pues era de todos conocida su capacidad perceptiva.
Hacia
el 19 de Febrero. Un sábado en la mañana, Telma, sin habernos
levantado de la cama me dijo: - Nos esperan en la loma vieja. Hay
que apresurarse.
-
¿Quién nos espera?
-
Alan
-
¿Pero quien este Alan?, no conozco a ninguna persona con este
nombre.
- No
sé quién es. Viene del cielo, es alto, delgado, con rosto muy pálido
y ojos azules. Emana un gran amor y ha estado toda la noche en mi
sueño llamándome. Le he visto aterrizar en la Loma Vieja,
por lo tanto vamos a ir rápidamente allí para comprobar si es un
sueño o una premonición.
- OK.
Vamos.
La
descripción del ser era exactamente igual a la percepción colectiva
del grupo. No vestimos con rapidez y sin tomar el desayuno, nos
despedimos de nuestros hijos; que nos miraban asombrados, y montamos
nuestros caballos, camino de la Loma
Vieja.
Tardamos
una hora. Dejamos la montura en la base del cerro y subimos con
esfuerzo a la cumbre. Solo quienes conocían el terreno podían
ascender por una pared casi vertical. Los padres del Telma, le
habían enseñado la forma de subir; no sin peligro a la plataforma
pétrea que se adentraba en una montaña imposible.
Con
el sudor, empapando nuestros ponchos, llegamos a la cima. Lo que
vimos nos dejó petrificados: Una enorme nave lenticular emanando un
halo de color verdoso estaba a cincuenta metros de nuestros rostros.
Siete seres altos, delgados y tez blanca, nos miraban con una
sonrisa. Eran humanos, sin duda, pero a la vez, tenían rasgos
diversos y refinados. Sus labios eran más delgados, poco carnosos.
El pelo casi rubio o casi blanco, era largo y les llegaba hasta los
hombros. Tenían traje de vuelo. Sus ojos eran preciosos, azules y
asombrosamente grandes. La cara angulosa, tenían rasgos casi
orientales, aunque su color era de una gran palidez. En sus buzos
estaban dibujados un árbol por el que se enroscaba una
serpiente.
El
que estaba en el centro se adelantó unos pasos y con una voz
delicada nos dijo:
- Mis
queridos hermanos; Telma y Giovanni; reciban nuestro saludo y el de
toda nuestra raza.
-
¿Cómo saben estos desconocidos nuestros nombres? ? me le dije en voz
baja a Telma.
- El
ser siguió hablando sin hacer pausa alguna:
- Mi
nombre es Alan, soy el primogénito de mi padre, del mismo nombre,
que hace más de un siglo, se contactó con uno de sus científicos,
llamado Daniel W. Fry. Somos terrestres, pero nuestra civilización
vivió en la
Tierra hace treinta mil años. Desde entonces hemos
estado en el espacio y ahora retornamos a nuestra casa. El comienzo
de nuestro retorno comenzó hace doscientos años, pero necesitamos
este tiempo para adaptar nuestro organismo las condiciones
gravitacionales del planeta. Finalmente hemos conseguido las
condiciones óptimas para vivir sin rechazo entre Vds. Y les hemos
contactado con el fin de establecer un plan de convivencia adecuado
a nuestros intereses respectivos.
Aquellas
afirmaciones nos dejaban perplejos. O esto era una broma o
simplemente se trataba del acontecimiento más importante de nuestras
vidas.
-
Nuestra evolución además de ser diferente a las del hombre actual,
es mucho más evolucionada en los aspectos morales y científicos.
Teníamos la necesidad de encontrar ser humanos que se asemejaran a
nosotros o bien que persiguieran los fines evolutivos que nosotros
perseguimos. Llevamos muchos años inspirando y dictando al que fuera
su maestro Ulises Pérego y después de su muerte, les hemos seguido a
Vds., tanto en sus reuniones astrales, como en las físicas que
mantienen en forma discreta a lo largo de estos años.
Casi
sin querer todos nos habíamos juntado sin recelo, sin miedo y en
forma natural. A continuación tomó la palabra otro de los
visitantes, pero que no era hombre sino mujer y afirmó:
- Las
condiciones sociológicas de sus naciones son perniciosas para el
espíritu. Es difícil conseguir un estado evolutivo superior si
siguen Vds., los humanos, con los actuales patrones de
comportamiento.
De
nuevo Alan habló:
-
Nuestra intención es vivir con los voluntarios de su grupo que
deseen experimentar una forma nueva de orden moral y social y es por
esto que nos hemos presentado ante Vds., a fin de establecer las
condiciones adecuadas para dicho experimento.
Telma
y yo nos mirábamos asombrados, sin poder articular palabra. Aquello
era alucinante, impensable, asombroso?
- Si
Vds., nos autorizan, desearíamos permanecer unos días en su casa,
con el objetivo de explicar el plan y de ofertarles tanto a Vds.,
como a los que lo deseen de su grupo el organigrama del
plan.
Yo
estaba encantado por que estuvieran con nosotros, pues si algo he
amado a los largo de toda mi vida, era sin duda el conocimiento y
aquellos hombres representaban para mi otro reto extraordinario para
adentrarme en lo desconocido. Pero no me dio tiempo a verbalizar
nada, puesto que Telma, sin consultarme para nada y seguramente
leyendo en mi corazón respondió:
- Nos
honra su ofrecimiento y será para nosotros un placer alojarlos en
nuestra casa. Afortunadamente no tenemos muchas visitas y su
presencia pasará desapercibida. En todo caso, les presentaremos como
colegas de las universidades del norte de Europa, y a nadie les
extrañará.
Nos
invitaron a entrar en la nave. Nosotros, como si de algo familiar se
tratara nos adentramos sin miedo y sin vacilación. El vehículo era
mucho más grande por dentro de lo que aparentaba por fuera. Todo su
interior estaba perfectamente iluminado como si de rayos de sol se
tratara, pero lo curioso es que no había ni una sola ventana, o
quizás, sería mejor decir, que toda la nave era una especie de
campana de cristal transparente. Cuatro de ellos nos mostraron la
compleja aparato logia de la misma y otros tres desaparecieron por
una de las paredes del vehículo, digo paredes, porque no había
puerta alguna.
Al
cabo de unos minutos, Alan, otro compañero y la mujer del grupo,
salieron de la misma manera que habían entrado, de una de las
paredes pero no con traje de vuelo, sino vestidos con ropa normal de
estilo humano. Salimos de la nave. Nos alejamos unos metros y el
artefacto desapareció ante nuestros ojos envuelto en una especie de
niebla. Después tomamos el camino de vuelta a casa. Una vez en ella,
no fue fácil explicar a nuestros hijos la presencia de aquellos
forasteros, pero ya habría tiempo de darles explicaciones.
EL PLAN
Los
acontecimientos se habían precipitado, aquel proyecto nos
desbordaba. A pesar de que nos considerábamos un grupo avanzado para
nuestra época, esta quimera era insuperable para nosotros. Con el
objetivo de planificar los próximos acontecimientos, tanto Telma
como yo adelantamos las vacaciones de invierno, aunque dejamos a
nuestros hijos en su rutina periódica.
Al
día siguiente del encuentro llamamos urgentemente a mis hermanos más
próximos con los que nos unía una total confianza y unos firmes
lazos afectivos. En Tucumán vivía Richard Morrison, responsable de
una explotación minera. Llamé también a Buenos aires, a dos
entrañables amigos, Jaime y Pascual, dedicados a la exploración
agrícola; ambos peritos agrónomos. Y de Mar de Plaza, solicité la
presencia de otro hermano, periodista, llamado José Canales.
Realice
cerca de cincuenta llamadas a todos los continentes, para que el
grupo se preparara para próximos acontecimientos, que por supuesto
no anticipe, hasta que no tuviéramos claras las ideas.
Alan
su compañera Merte y el ingeniero Rebon, estaban encantados con
nuestra cocina. Eran realmente muy golosos. Al igual que todos
nosotros eran vegetarianos, aunque no tomaban lácteos ni huevos y
nosotros sí.
No
abordamos el plan hasta que todos mis entrañables hermanos fueron
llegando. Bastó una simple llamada para que en veinticuatro horas
todos habían volado a mi casa. No os podéis imaginar las caras que
pusieron cuando les dijimos que aquellos seres no eran Suecos, sino
viajeros espaciales. Pero después de suspiros, dudas y recelos,
aceptaron debatir sobre el plan.
Cada
uno de nosotros expusimos a los viajeros espaciales, que de momento
en nuestro planeta no era posible la vida en comunidad, pues no
estábamos preparados. Y acudir sometidos a las directrices de Alan y
los suyos tampoco funcionaría. Merte tomó la palabra y con voz
pausada dijo:
-
Hace miles de años, nuestro pueblo pasó por una terrible
aniquilación de la especie. Unos pocos pudieron viajar en
las naves espaciales y por miles de años nos vimos forzados a vivir
en pocos metros, no solo en comunidad, sino en una plena integración
física, psicológica y emocional. Aunque tecnológicamente habíamos
conseguido unos niveles extraordinarios de progreso, nuestros
niveles de conciencia estaban impregnados de violencia y de
agresividad. La guerra con los atlantes había producido en nosotros
una regresión intelectual y psicológica y nadie podía y sabía
reaccionar. Nuestros viejos padres creían que viajaban hacia el
exterminio. Pero fue una mujer. Nuestra heroína llamada Mara, quien
tomó las riendas de las primeras pautas para el cambio.
En
las pequeñas naves habíamos introducido varias especies de animales
domésticos para ingerir su carne durante la travesía espacial. Pero
Mara, sin avisar a nadie, las expulsó de la nave, dejando sin comida
a los tripulantes. Al día siguiente se produjo un tremendo conflicto
a bordo y todos deseaban matar a Mara. Pero ella dijo:
- A
partir de ahora solo comeremos vegetales. Los cultivos que hemos
traído de la tierra nos garantizan una nutrición sana y prolongada.
Al no ingerir carne, nuestros niveles de agresividad disminuirán y
será posible la vida en paz.
Y
efectivamente después de unos meses todos los tripulantes pudieron
comprobar que había menos tensión y que los niveles de agresividad
habían disminuido. Pero desgraciadamente otro problema comenzó a
alterar la vida en la comunidad espacial, puesto que la sexualidad
se había desenfrenado produciendo asimismo conflictos generalizados
entre todos. Una vez más Mara, que era bióloga, dio con
la clave.
Ensayó un
bloqueante
de la testosterona y un regulador estrogénico, haciendo que después
de varios años, el deseo sexual se anulara en casi su totalidad y la
mujer solo menstruaba una vez al año, a voluntad durante la edad
fértil. Por otra parte con los años se optó por la inseminación
artificial como norma en la concepción de los hijos y así el clima
de convivencia fue casi perfecto.
Ahora
fue Alan quien prosiguió:
-
Nosotros creemos en el amor y nos unimos como Vds., pero nuestra
copulación es muy escasa. Experimentamos sensaciones más placenteras
desde el plano espiritual en la unión carismática de las almas, que
en las del cuerpo.
Nuestro
pueblo considera que la natalidad es el acto más sagrado que existe,
por lo que tener un hijo no solo es un acto voluntario de la pareja,
sino de toda comunidad. Solo si se está preparado y la
comunidad autoriza el nacimiento se accede a concebir un hijo. La
educación del mismo no corresponde a los padres, sino a la
comunidad, puesto que es absolutamente necesario tener una misma
base cultural, ética y psicológica, si queremos tener un pueblo con
futuro.
Telma
tomó la palabra para decir:
-
Todos nuestros hermanos son vegetarianos, y efectivamente con los
años, las parejas dejan atrás el apasionamiento carnal para
participar de otras sensaciones más relajadas, donde la amistad, la
caricia y el afecto sincero regulan la frecuencia sexual. No creo
que para nosotros sea difícil aceptar esta norma, puesto que
prácticamente la vivimos ya. ¿Pero cómo viven Vds., la infidelidad y
el divorcio?...
Rebon,
que había permanecido callado tomo a su vez la palabra:
-
Nuestros niveles de testosterona y adrenalina son lo suficientemente
bajos como para no inclinarnos precisamente a la infidelidad.
La pareja se disuelve sin problemas de común
acuerdo entre los cónyuges, pero nuestro pueblo lleva ya cientos de
años, sin que se den casos de divorcio.
Con
el paso de los años ? dijo Merte- nuestros biólogos
consiguieron replantear toda la cascada hormonal, alterando nuestro
comportamiento hacia niveles mucho más reposados y sabios. Nuestros
niveles de melatonina son tres veces superiores a los suyos. Esto ha
hecho que la glándula pituitaria se haga más grande y produzca en
nosotros más clarividencia, más sabiduría y más longevidad.
- El
exceso de testosterona, gonadotropina y adrenalina altera el
comportamiento de una manera poco armónica, no solo en la
promiscuidad sexual. El exceso de estas hormonas en alguna tipología
humana le lleva a ser un héroe, canalizando la violencia o la acción
en el combate en nombre de una bandera, una patria o alguna causa.
Sin darse cuenta que nada ni nadie justifica la muerte. En
otra tipología social, emerge el santo, que con su exceso hormonal
le lleva al martirio, al dogmatismo excesivo y a la imposición de
normas imposibles. Vds. Tienen el ejemplo de la inquisición o de los
grupos fundamentalistas que plagaron el planeta de dolor y de sangre
en nombre de dios. Pero es igualmente peligrosa la carencia de
algunas hormonas, puesto que existe otra tipología sociológica que
Vds., llaman ?espiritual? que se caracteriza por la no acción, por
la pasividad y la contemplación excesiva, haciéndose un sujeto
inútil para el colectivo donde vive.
Durante
cientos de años nuestros antepasados consiguieron disminuir su
fuerza física, aumentando más las habilidades intelectuales.
Consiguieron una tecnología y unas máquinas que sustituían las
características físicas de sus antepasados. La pérdida de
testosterona hizo que su masa muscular bajara de tono y volumen.
Además la marcha permanente por el espacio en las naves redujo la
fuerza de gravedad que tenían en su planea de origen y el cuerpo se
fue haciendo más sutil y menos grosero. Pero el empleo de la fuerza
mental hacía ahora que un objeto levitara por la fuerza
telequinésica
de la mente, en vez de emplear tanto músculo.
Pero
en la medida que nuestra fuerza física iba disminuyendo el espíritu
requería ahora ejercicios más acordes a nuestra nueva condición, de
ahí que nuestra raza practique con regularidad la meditación, la
autoescucha y la canalización de energía manásica del Universo. Si
Vds. Consiguieran canalizar esta energía, se darían cuenta que con
ella se puede levantar cientos de toneladas de peso con una sencilla
técnica mental.
Entendemos
en todo caso, que Vds., no van a conseguir estas habilidades de la
noche a la mañana, pero con el tiempo se adaptaran a otro modelo de
vida que les dará amplias satisfacciones.
En
nuestro mundo un ser equilibrado y útil, se le conoce como un hombre
evolutivo; es decir aquel que mediante la inteligencia, la ciencia y
el humanismo se realiza en la perfección, en la eficiencia y en el
amor, hacia sí mismo y hacia los demás. En nuestra sociedad,
aquellos que Vds., llaman ?santos? son para nosotros ?neuróticos?
seres anormales, que rompiendo la acción de conjunto, sobresalieron
en acciones o reacciones utópicas, poco útiles o violentas, aunque
serán ellos mismos quienes padezcan o reciban dicha violencia.
En
sus doctrinas y religiones Vds., todo lo esperan de un Dios alejado,
utópico, celeste, inalcanzable. Para nosotros dios reside en el
propio ser humano, haciendo mediante la inteligencia una vida
positiva, placentera y de progreso. Dios tiene además de una
conciencia individual, una conciencia social. No es posible
progresar individualmente si no se progresa en conjunto con el
resto. El hombre terrestre, se llena la boca de dios, a la vez
que se queda pasivo contemplando cómo cada segundo de tiempo muere
un niño en el planeta. En nuestro mundo, basta con que muera un solo
niño; no solo de hambre, sino de improvisación, de desamor o
descuido para que se activen todos los recursos humanos, sociales,
económicos y políticos a fin de que nunca más se de esta situación
en el futuro.
Se
hizo un largo silencio hasta que Alan prosiguió con una
pregunta:
-
¿Aceptarían Vds., someterse a un tratamiento hormonal voluntario
para ensayar la convivencia con nosotros?...
-
Richard que era muy rebelde dijo un poco airado:
- ¿No
pretenderán Vds., regular mi sexualidad y llenarme de
hormonas?...
Merte
respondió:
- ¡En
absoluto!... Este es el primer ensayo que hacemos en su planeta de
mestizaje de nuestra raza. Nuestro objetivo es unir a medio y largo
plazo nuestras genéticas, para conseguir un ser más evolucionado.
Pero de ninguna manera lo haremos sin su consentimiento. Mí querido
amigo Richard, usted a demás de ser una excelente persona, tiene los
niveles adrenales muy altos, por la ingestión de mucho dulce y
alguna que otra cerveza.
Richard
se puso colorado, diciendo: ¿Cómo sabes tú lo que tomo??
- Tu
iris me lo muestra sin dificultad. Los ojos son el espejo del
alma.
- No
tengo ningún problema en aceptar su consejo. Pero no tanto porque
Vds., me lo digan, sino porque los miles de años que nos llevan de
ventaja y la experiencia acumulada es para mí una garantía. Y
aunque no me gusta aceptar los mandatos humanos, pues soy rebelde
por naturaleza, soy un enamorado de la ciencia y del
conocimiento.
Brotaron
las sonrisas entre los presentes, puesto que Richard además de ser
un gruñón, era una persona clave en cualquier grupo humano. Su
sentido crítico y analítico habían salvado al colectivo de los
?Ilusos? de más de un disgusto, pero sobre todo porque su capacidad
científica era decisiva. Poseía una intuición que pocos podían
igualar. De hecho sus inventos aplicados a la extracción minera
habían sido laureados en todo el mundo.
Durante
una semana, en sesiones maratonianas se fue perfilando el plan.
Todos estaban de acuerdo. Ahora se trataba de hacer llegar el plan a
los distintos miembros de los ?ilusos? para que se plantearan el
acudir o no a la comunidad próxima a formarse.
Dado
el ascendente moral que Giovanni y Telma tenían sobre el grupo, se
decidió que fueran ellos los que se comunicaran con el grupo para
ponerles al día del plan.
Jaime
y Pascual, junto con Merte se pusieron a planificar la comunidad a
nivel agrícola y de abastecimiento de semillas e
infraestructuras.
Rebon
Se encerró con Richard en su cuarto para planificar los aspectos
técnicos y científicos de la comunidad.
Y
Alan y José Canales, se pusieron a planificar la ?Carta Magna? que
estableciera las leyes pertinentes para la futura convivencia del
grupo.
LA COMUNIDAD..............
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