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De: "Santiago Merino" <vozdeestrellas@concienciaplanetaria.es>
Título: HIJOS DEL SOL XXII - LOS ILUSOS
Fecha: Tue, 3 Nov 2009 05:30:03
Para: <vozdeestrellas@concienciaplanetaria.es>
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CONCIENCIA PLANETARIA
Conocimiento Oculto
Bájate gratis todo el material desde la Web :
www.ConcienciaPlanetaria.es
 
  

 

Estimados Amigos:

 

Os informamos que en la Web de conciencia planetaria

(http://www.concienciaplanetaria.es/ ) en la sección de "kiosco" esta el ultimo trabajo de los Hijos del Sol.

LOS HIJOS DEL SOL XII  -  "LOS ILUSOS".

 

Con este trabajo damos por finalizada la serie "Hijos del Sol".

 

Para aquellas personas interesadas en tener todos los trabajos de los Hijos del Sol (13 revistas en un solo volumen o libro), estamos haciendo gestiones con una foto- copistería para mirar precios y cuando los tengamos lo avisaremos en la Web en la sección de noticias por si os interesa encargarlo.

 

A partir de este trabajo comienza un nuevo tiempo y un nuevo trabajo que desconocemos su contenido pero seguro que cuando lo iniciemos será tan apasionante como este último.

 

 

Saludos cordiales

CONCIENCIA PLANETARIA

 

*****************************

http://www.concienciaplanetaria.es/

 

 

                                             HIJOS DEL SOL  XXII

 

 

2097

 

 

LOS ILUSOS

 

 

Mi nombre iniciático fue Homet-Nut. Tuve el privilegio de ser admitido en La Fraternidad Solar, que creara en su día el faraón Akhenatón. Tanto yo, como mis setenta y un hermanos, juramos servir los valores de los Hijos del Sol, a través de los tiempos, en las diversas reencarnaciones que se nos asignaran en la Tierra, por los señores del Karma.

Se me ofertó y adquirí el compromiso de revelar el conocimiento.

Fui el guardián del Ojo Sagrado de Ra y se me programó con la facultad de mirar hacia atrás en los Registros del Tiempo.

Por esto me ha tocado asomarme a este momento, contando cuanto puede ver mi espíritu.

En un determinado estado de conciencia, soy un ser atemporal. Y como en una gran pantalla, veo acontecimientos, percibo sensaciones y revivo situaciones, en las que los miembros de la Fraternidad Solar, se han visto envueltos, a través de la Historia.

 

*******

 

La noche del 4 de julio de 1950 el científico Dr. Ingeniero Daniel Walter Fry que trabajaba en la Base americana de White Sands, cerca de Las Cruces, en Nuevo México, se vio sorprendido por la presencia inusitada de un platillo volante. "El Sol se había puesto hacía cerca de una hora -cuenta Fry. Mis ojos escudriñaban el cielo y se detuvieron sobre un grupo de estrellas, especialmente brillantes, sobre los picos de la montaña. Repentinamente una de las estrellas desapareció. Luego otra estrella, justo a la derecha de la primera, desapareció asimismo e igualmente dos más posteriormente. Una fuerte sensación punzante recorrió mi espina dorsal. Cualquier cosa que fuera estaba eclipsando la luz de las estrellas, estaba aumentando rápidamente su diámetro aparente y su trayectoria me indicaba que sin duda venía hacia mí. Posteriormente se posó en tierra con suavidad. Salvo el crujido de los matorrales debajo de ella, no hizo ningún sonido. Por casi un minuto permanecí sin movimiento. Una fantástica sensación me sobrecogió, y permanecí mirando al objeto desconcertado y hechizado como un niño que estuviera observando una representación insólita de circo".

"Durante muchos años había estado empleado en el campo del diseño de naves aéreas y espaciales, y había colaborado en el desarrollo de muchos proyectiles guiados. A través de mi trabajo en White Sands Províng Grounds y otros centros de desarrollo, me había familiarizado con la mayoría de los adelantos recientes en aeronáutica.

Pero aquel artefacto era más adelantado de todo lo que yo había conocido hasta entonces". En un principio Fry creyó que se trataba de un proyecto de la Unión Soviética pero luego descartó la idea. Se acercó suavemente a tocar la nave, cuando escuchó una voz crispada en el aire: "Mejor no toque el casco, compañero, todavía está caliente". Daniel dio un salto hacia atrás y cayó en la arena al tropezar con unas matas. La voz de nuevo replicó: "Tómelo con calma, compañero, está entre amigos". Siguieron varias palabras cruzadas entre nuestro personaje y la voz, que al final y respondiendo a la pregunta de si se trataba de algún americano, respondió: "Yo no soy americano como Vd., aunque mi actual misión requiere que yo me transforme en uno... La verdad es que nunca he puesto un pié sobre su planeta. Requerirá cuatro años más para adaptarme a la atmósfera y a la gravedad e inmunizarme a sus agentes biológicos". Siguió la voz diciendo: "Las expediciones previas de nuestros antecesores en un período de muchas centurias se encontraron con un fracaso casi total en este aspecto. Esta vez hay esperanzas de que seremos capaces de encontrar mentes más entrenadas y más receptivas para que nosotros podamos ayudarles en el progreso de su raza". Posteriormente, pasada la primera impresión, la voz se dio a conocer como la de Alan, que a su vez le invitó a subir a la nave para salir de viaje hacia Nueva York. Al ir a tomar asiento en la nave, el Ingeniero vio dibujado en el respaldo el símbolo del árbol y la serpiente. Estos símbolos al ser próximos a nuestra cultura motivaron una serie de preguntas que la voz extraterrestre respondió así: "Usted está perfectamente en lo cierto cuando señala que el símbolo del árbol y de la serpiente es común en la historia y en las leyendas de su planeta. También es común en el nuestro. La explicación es que tenemos, por lo menos en parte, antecesores comunes.

"Hace decenas de miles de años, algunos de nuestros antecesores vivían en la Tierra. Había en esta época un pequeño continente en una parte hoy cubierta por el mar que ustedes llaman Océano Pacífico. Algunas de sus primitivas leyendas se refieren a esta masa de tierra sumergida como el "Continente Perdido de Mu o Lemuria". "Nuestros antepasados habían construido un gran imperio y una ciencia vigorosa sobre este continente. "En la misma época había otra raza que se desarrollaba rápidamente sobre otra masa de tierra en el área central y sur del actual Océano Atlántico. En sus leyendas este continente ha sido denominado Atlántida. "Había rivalidades entre las dos culturas en sus progresos científicos. Al principio eran amistosas, luego se volvieron más amargas con el correr de los años, y cada raza hacía alarde de sus conquistas ante los otros. "En pocas centurias su ciencia había sobrepasado el grado de desarrollo que existe ahora aquí. No satisfechos con liberar pequeñas porciones de la energía del átomo, como hacen en la actualidad sus físicos, ellos habían aprendido a rotar toda la masa sobre su eje energético. De la rotación de un trozo de materia del tamaño de un penique de cobre, resultaba la liberación de setenta y cinco millones de sus kilovatio-horas. "Con el constante aumento de la tirantez entre las dos razas y con el imparable aumento de los recursos destructivos, era inevitable que eventualmente se destruyeran entre ellas. Del enfrentamiento de ambas razas y de la aparición de sus artefactos aéreos fue de donde se sacaron los antiguos mitos del ?Olimpo? y de los dioses enfrentados y apareados con los humanos. "Las energías liberadas en esa destrucción fueron suficientes para provocar el mayor cambio en la configuración superficial del planeta; y las radiaciones concomitantes fueron tan intensas y extendidas, que la superficie de la Tierra se volvió totalmente inhabitable para el ser humano durante varios miles de años...".

Continúa Alan diciendo que unos pocos supervivientes de aquella catástrofe se instalaron en las altas cumbres del Himalaya, donde depositaron los testimonios del conocimiento de su raza y de su cultura. Cinco naves formaban parte de aquellos náufragos de la radiación atómica. Su fin era inminente. Algunos pensaban no obstante que la radiación no llegaría hasta tales alturas y que los vientos tan altos en estas cumbres disiparían la energía mortífera vertida en la guerra. Se hizo una asamblea. Unos pocos optaron por quedarse en dichas cumbres. Otras cuatro naves, decidieron aventurarse por el espacio, aún sabiendo que no se había conseguido todavía grandes distancias interplanetarias. Pero el espíritu de supervivencia era imperioso y optaron por lanzarse a la aventura. Una de las naves se perdió en el vacío cósmico, las otras cuatro consiguieron adaptarse a una vida nómada intergaláctica a través de miles de años de supervivencia. Después de treinta mil años, les tocaba ahora regresar a la tierra, por eso estaban introduciendo atmósfera, presión, y microorganismos a sus naves para adaptar sus cuerpos ahora transformados por tan largo periodo de exilio, a las condiciones actuales del planeta tierra. Esta es la historia. Es probable que Alan y los suyos estén a estas alturas viviendo entre nosotros. Pero esto es algo que se queda en el camino de la especulación. En cualquier caso la historia es interesante y digna de conocerse.

AÑO 2097

"Los cosmonautas habitan en el gondiva argentino"

"Seres interplanetarios en desembarque transformando sus formas para aliviar a la tierra"

"¡Llegan los astronautas extraterráqueos! ¡No tema el hombre porque ellos aman en caridad y paz! Aguardad",

"Naves interplanetarias no visibles a la retina humana, llegarán a la Tierra. Habitarán América en el extremo Sud. Allí recogerán materiales para socorrer  al mundo en el hambre y en el cataclismo de fuegos. Portarán sangre humana a sus laboratorios satélites para elaborarla artificialmente",

"España y la Argentina serán unidas por un puente espiritual, sostenido por naves interplanetarias. En ambos países morarán ¡navieros blancos! (Profecía de 1959)"

Benjamín Solari Parravicini (Vidente Argentino)

*********

Me llamo Giovanni Córcega Metéo. Vivo en la ?Tacita de Plata? en la ciudad de San Salvador de Jujuy (Argentina). Nací el 26 de Marzo del año 2050. Hijo de Juan y de María Angélica. Estudié hasta el grado terciario y me licencié en Ingeniería. Mi esposa, también se licenció en Matemáticas y damos clases en la Universidad de San Salvador de Jujuy. Vivo con una mujer maravillosa y tengo dos hijos. Fue en las fechas próximas a mis 47 cumpleaños cuando se desarrollaron los acontecimientos que ahora deseo relatar:

Argentina en estos días era una nación próspera. Regida por una democracia muy burocratizada. Si algo caracteriza a nuestra raza, es la capacidad de vivir con poco esfuerzo, y si es posible a cuenta de los demás. La clase funcionarial era la más elevada de toda América. Dos partidos políticos; uno conservador  y otro progresista se alternaban en el mando cada cinco años. El número de habitantes en nuestra nación superaba los noventa millones de seres. El número de emigrantes provenientes de la vieja Europa, después de la devastadora III Guerra mundial, cuarenta años antes, había formado un grupo heterogéneo, donde los hispanos, Italianos y norte-americanos dominaban sobre los que habían venido de los países vecinos de nuestra región Sudamericana.

Los impuestos establecidos por el Gobierno condicionaban toda la ?supuesta libertad? en la que vivíamos. Se cobraba por el agua, por el gas, por la luz, por la vivienda, por la educación, por la sanidad, por los peajes de circulación, por los vehículos usados, por la comunicación. Se pagaban unas veinte modalidades de seguros diversos. El voto democrático era obligado desde los veinte años de edad. Todos estábamos obligados a votar, tanto individualmente como por familias; es decir, si una familia superaba los tres miembros emitía otro voto, y así progresivamente por el número de hijos que tenía cada clan familiar.

Bajo la piel en el reverso de la mano, cada uno de nosotros teníamos un implante electromagnético, con el que accedíamos a los bancos, a diversos puntos de seguridad o a obtener diversos servicios. Pero estos microchips, no eran sino otras formas de control por parte del poder establecido.

Había libertad de culto, siendo el Judaísmo y el Cristianismo, las dos corrientes dominantes en nuestra nación, aunque con muy pocos adeptos. La mayoría no practicaba religión alguna. Los valores éticos y morales eran dictados por modelos culturales que los medios de comunicación emitían cada día en las emisiones lúdicas, educativas y deportivas.

Pero esta sociedad no era feliz, ni estaba realizada, puesto que la emigración de las naciones fronterizas, como Bolivia, Paraguay, etc, etc. Había creado zonas marginales con grandes limitaciones humanas en Salta, Tucumán, Córdoba, etc., Desgraciadamente unos pocos seguían teniendo mucho, y muchos más tenían muy poco.

Argentina no tenía ejército. El Gobierno pagaba un tributo a la nación norteamericana por protegernos. ¡Aunque sería más propicio decir, que se pagaba para no ser invadidos?.

El estado policial por el contrario era el más alto de todo el mundo. Todo estaba controlado por la policía. No existía casi delincuencia ni robos. Pero la mayoría de la población pensaba que pagar tanto impuesto para no ser robado, representaba un robo aún mayor por parte de las autoridades. Hacía décadas que con la disculpa de evitar ataques terroristas y de delincuencia organizada, grupos de poder habían creado una especie de jerarquía dominadora que con dicha disculpa, presionaban y empobrecían al pueblo hasta límites alarmantes. Las Leyes emitidas por los grupos de poder eran el arma más eficaz para producir en forma indirecta una jerarquización injusta entre pobres y ricos, listos y tontos y buenos y malos.

Argentina producía carne y grano en cantidades enormes, que vendía con mucho lucro a todo el mundo. Nuestra nación no había participado en la pasada guerra y esto le permitió afrontar la post-guerra en una situación ventajosa respecto de los países de medio oriente, África y Europa, que arrastraban una deuda insuperable.

Las condiciones climáticas del planeta eran ahora extremas. La progresiva invasión de las aguas en las naciones de tierras bajas habían cambiado las estaciones hasta el punto que el era impredecible saber cuando entraban el Verano o el Otoño. Tormentas terribles, aguaceros, ciclones y terremotos azotaban a las diversas latitudes del planeta haciendo muy difícil la supervivencia de la Humanidad.

El petróleo solo lo empleaban las naciones más pobres. Las energías,  eléctrica, solar y magnética eran empleadas por las sociedades más prósperas, que utilizaban con éxito la energía de fusión y el motor de hidrógeno. Pero por supuesto se pagaba por todo, por dormir, por vivir, por respirar. Se había alcanzado una prosperidad y una paz muy caras. Desgraciadamente el ser humano siempre se jerarquiza entre ricos y pobres o entre trabajadores y vagos.

Tal era el clima vital que existía en nuestro tiempo. Pero no deseo seguir denunciando estos hechos, sino contar nuestra experiencia personal y directa:

El profesor Ulises Pérego había fallecido hacia pocos años. Este maravilloso maestro, además de dar clases en la Universidad Estatal de Buenos Aires, como profesor de Astrofísica, había creado una verdadera fraternidad de alumnos; ahora ya adultos, con un espíritu fraternal y con lazos entrañables, que el pasar del tiempo no había podido romper.

En Casi todas las provincias de Argentina, en Uruguay, en Bolivia; en Estados Unidos. Incluso en Europa, seres aparentemente opacos, resignados y sumisos, había podido acceder a un conocimiento superior que solo nuestro querido profesor había podido trasmitirnos. Éramos reencarnacionistas, vegetarianos y practicantes asiduos de la meditación y de la auto-escucha.

Nuestro querido maestro, además de dar clases mantenía unas curiosas tertulias en un lúgubre café del viejo barrio de Corrientes. Allí nos reuníamos alumnos, trabajadores personas con diversas profesiones liberales, que sin presión alguna, por el solo deleite de hablar y de aprender habíamos establecido unos lazos que trascendían la materia y entraban en el ámbito del espíritu.

La policía había investigado tanto al profesor como a todos nosotros. Yo estudiaba la carrera de Física y vivía como una de mis tías. Mientras que mis padres residían en Jujuy. Tenía miedo a ser detenido por mis ideas, pero finalmente se nos clasificó de inofensivos, sectarios y mitómanos, pues hablábamos de la Fraternidad Solar entre espíritus y de lazos que manteníamos en el mundo astral, que no en el físico. Viendo por tanto la policía que teníamos una jerga y unos hábitos neuróticos, fuimos considerados como unos excéntricos y dejados a nuestro libre arbitrio, siempre que no causáramos problemas.

Los encuentros en el café eran libres. El Dr. Pérego era contrario a formar asociaciones, iglesias, sectas o grupos organizados. El mantenía, que por encima de las limitaciones físicas, existía un mundo donde la inteligencia gobernaba un alma libre, capaz de penetrar las barreras del tiempo y del espacio. Nuestras verdaderas citas para recibir amor y conocimiento se daban en la noche, pero no físicamente sino en desplazamientos astrales conscientes y colectivos.

Nuestro profesor nos había hablado de un templo que podía ser encontrado en los umbrales de la imaginación. Pero para llegar a ese templo era necesario observar una rectitud moral absoluta. Tener un cuerpo educado en el equilibrio en la perfecta nutrición, en el ejercicio y en la higiene total. Todos nosotros no comíamos carnes ni pescado y mucho menos alcohol y droga alguna.

La policía secreta había torturado a varios alumnos con el objetivo de localizar dicho templo, pero al ser un templo imaginativo nos habían considerado alucinados. Sin embargo, en dicho templo no solo estábamos alguno de nosotros, sino seres no humanos, seres venidos de otras Galaxias, que dejaban su cuerpo físico en sus planetas y viajaban en el espacio y el tiempo a las reuniones que allí se practicaban.

Siendo jóvenes e impetuosos, deseábamos penetrar y encontrar dicho lugar, pero para acceder al mismo, la prisa y la aceleración no eran el mejor método. En los primeros años, después de ejercitar la mente y practicar la meditación con un gran celo y frecuencia, solo veíamos las murallas exteriores. Con el tiempo veíamos que los lugares aparentemente vacíos, tenían en realidad seres, formas e ideas, que siempre habían estado, pero que nuestra falta de habilidad no había podido descubrir en las primeras sesiones.

Algunos alumnos no pertenecientes al grupo, pensaban que tomábamos algún alucinógeno. Pero El Dr. Pérego nos aconsejó falsear la información y no hablar de estos temas en el café. Pero de esta sospecha se pasó a la de secta o grupo de desviación sexual. Esta sospecha también fue descartada en el tiempo, dado que había hombres y mujeres y además algunas eran y son aún pareja y las muestras de afecto entre uno y otro género no dejaban lugar a dudas.

- ¡Nunca estáis solos!... Caminamos todos en varios espacios y varios tiempos simultáneos ?nos decía- y en nuestro camino existen seres con cuerpo, sin cuerpo, seres mentales y seres espirituales que se identifican con nosotros, por la vibración. La vibración de cada elemento existente, material o no material es el vehículo de unión con otras tantas vibraciones idénticas emitidas por otros seres.

- Maestro, -le preguntábamos- ¿Cómo se puede vivir en diversos espacios y tiempos en el mismo instante?

- Cuando tu estas durmiendo y soñando con una realidad onírica profunda, ¿Dónde estás realmente? Cuando estas imaginando ¿Dónde estás realmente? Si vuestra imaginación cree que estáis elevándoos de vuestra silla y vuestro cerebro entra en una fase vibracional adecuada, conseguiréis levitar y romper la ingravidez. En ese caso ¿Dónde estáis realmente?

El profesor Pérego había sido amonestado en varias ocasiones por el rectorado de la Universidad, por realizar prácticas muy discutibles sobre las leyes físicas  y la teoría de la relatividad.

Aún se comenta entre sus ex-alumnos una de sus numerosas clases magistrales:

- Como sabéis, existen cuatro fuerzas y fluidos energéticos fundamentales ? Decía el viejo profesor - Fuerza gravitatoria, Fuerza nuclear débil, Fuerza electromagnética y Fuerza nuclear fuerte. Pero esta definición que viene siendo revisada desde el mimo día que se postuló, no incluye la fuerza Psicotrónica, la energía astral y la fuerza manásica primigenia.

Y a partir de ese momento la clase entraba en una exposición quasi filosófica o de física cuántica, que nos cautivaba y alucinaba. Como era lógico, el rector de la Universidad le había amenazado con la expulsión inmediata si persistía en dar patadas a la ciencia con disquisiciones metafísicas, que tan solo bullían en su terca cabezota. Pero era esa rebeldía lo que más nos atraía a sus alumnos. El Dr. Ulises Pérego, era para muchos el caudillo que replicaba la oficialidad sin alma en la que nos movíamos. Era nuestro libertador. Que aunque no nos invitaba a combatir con armas, si nos hacía ensoñar y romper las barreras del sometimiento y el dogmatismo doctrinal y científico.

Un día realizó una experiencia ante sus alumnos que ha pasado de ser un caso cierto y comprobado por todos nosotros a un mito o a una experiencia alucinatoria colectiva.

Hizo una pequeña selección de cuatro individuos de la clase y les entregó sendas pastillas para el sueño. A continuación les acostó en una camilla y les acopló diversos polígrafos en diversas zonas cerebrales y en el pecho. Conectó dichos sensores a nuestras computadoras y antes de entrar en el sueño profundo, les indicó que a través del propio sueño, sin desplazar su cuerpo, debían viajar con la energía ?psicotrónica? al sótano del edificio, donde los jardineros de la Facultad habían escondido diversos objetos en sendas cajas blindadas y selladas. Ni el profesor, ni ninguno de nosotros sabíamos lo que contenían las cajas.

Otro grupo de trabajo se situó en el mismo sótano con una red hipersensible de rayos infrarrojos. Introdujo asimismo varios gatos, dos o tres serpientes, un perro y algún murciélago.

Al cabo de una hora, los cuatro alumnos inducidos al sueño, comenzaron a entrar en fase REM, Los monitores determinaban que había abandonado la fase beta de la atención cerebral, introduciéndose en el mundo onírico.

A través del circuito cerrado comenzamos a ver como en los minutos sucesivos, los gatos, erizaron el lomo, los perros, agudizaron las orejas, el infrarrojo comenzó a activar el sonar, las serpientes silbaban con sonido amenazante y se elevaron en posición de ataque y los murciélagos comenzaron a moverse en las jaulas con sonidos de pánico continuados. Todos los chivatos se habían vuelto locos. ¿Qué estaba pasando?... la respuesta vino a continuación cuando uno a uno de los que había vivido la experiencia del sueño, escribieron por separado lo que habían vivido y todos y cada uno de los objetos que había en las cajas.

-Vi, como abandonaba mi cuerpo ? Decía uno- Otro afirmaba que se había hecho chiquitín y que había entrado en las cajas cogiendo con la mano los objetos que allí había. Dos de ellos, no comprendían como no nos habían escuchado, puesto se veían fuera de su cuerpo, pero en la clase dándonos voces para que les hiciéramos caso.

Se subieron las cajas del sótano y se desprecintaron ante la vista de todos. El asombro fue total, puesto que los objetos descritos en las listas de los inducidos al sueño, coincidían a la perfección con los objetos reales en las cajas contenidos.

- Como habéis comprobado, estos alumnos sometidos al sueño, han viajado por medio y en el entorno de la energía psicotrónica. -Decía Pérego.

Nos quedamos helados, ¿Cómo lo había hecho? ¿Qué había pasado realmente? Algunos alumnos comenzaron a gritar acusando al profesor de farsante y prometieron hacer una investigación sobre la trama montada. Pérego se quedó mirando por la ventana en un profundo silencio. Todos comenzamos a preocuparnos ante esta reacción del profesor. Pero lo que realmente fue asombroso, por no decir milagroso fue lo que sucedió a continuación. El Dr. Ulises, se volvió con una mirada extraña y mirando al fondo de la clase dijo:

- Sois el resultado de una materia impregnada de dogmatismo, de inmovilidad, de prejuicios. Solo cuando empleéis la imaginación y el ensueño podréis entender lo que comprenden los pájaros, los recién nacidos y las personas de espíritu abierto y que les ha sido negado a los científicos y a los materialistas.

Según estaba hablando, vimos asombrados como su cuerpo se iba elevando sobre la tribuna. Algunos alumnos comenzaron a temblar, otros se encogieron en sus asientos y nosotros, sus amigos, sus adeptos y sus hijos espirituales, comenzamos a llorar con un silencio cargado de amor y de respeto.

Justo cuando había alcanzado los cincuenta centímetros del suelo, desapareció ante nuestros ojos atónitos, asustados y perplejos. Durante un minuto nadie habló. El pánico se había apoderado de todos. ¿Dónde estaba nuestro profesor?.... Pasaron aún varios segundos más cuando escuchamos la inconfundible voz de nuestro querido maestro:

- ¡Arturo! Haz el favor de sentarte.

El profesor apareció súbitamente ante nuestros ojos sentado en su silla, cómo si nada hubiese ocurrido. Intentamos que nos explicara lo que había pasado y él se negó a responder. Solo unos pocos habíamos comprendido. Esta vez el rector no se enteró de nada puesto que nadie tenía la suficiente fuerza moral para explicar lo que había sucedido, además de haber sido tomado por drogadicto o neurótico.

Fueron varios centenares de experiencias las que vivimos de nuestro querido profesor, pero esto nos llevaría un libro entero, y no es esto lo que deseo trasmitiros. Sigamos por tanto con los hechos.

Cada 25 de Marzo, después de habernos graduados, los viejos y nuevos alumnos que habíamos frecuentado el café, nos reuníamos con el profesor. Era una vez al año, pero este encuentro nos permitía vivir y compartir nuestras diversas experiencias. Pero lo más asombroso, era comprobar, como los viajes astrales que habíamos hecho durante el año al templo del conocimiento, eran iguales, complementarias y fantásticas. Otros, los más jóvenes no conseguían realizar dichos viajes, pero compartían por fe, por lógica y por madurez espiritual lo que allí se decía y experimentaba.

Los 25 de Marzo sucesivos fueron más los alumnos y simpatizantes que se reunían y para no llamar la atención decidimos formar pequeñas asambleas por provincias, reuniéndonos tres o cuatro veces al año, y enviar una representación de cada una de dichas asambleas a la casa del profesor, cada día 25.

Pero un mes de Agosto, cuando nuestro viejo maestro había cumplido los 87 años, falleció y aunque siguieron las asambleas provinciales, ya no acudimos a su casa. El Dr. Ulises no había dejado descendencia pues tampoco tuvo una esposa con la que tenerlos. Nunca consiguió consolidar una relación lo suficientemente larga para tal fin.

Entre argentinos y de otros tantos países contabilizamos alrededor de 555 personas, afines, seguidores o simpatizantes activos de este extraño movimiento. Digo extraño, porque nunca nos federamos, ni nos legalizamos, ni establecimos reglas para juntarnos. Habíamos comprendido a lo largo de los años, que pasar desapercibidos era garantía de supervivencia.

En broma o en serio, nos llamaban los ?Ilusos? pues este nombre hacía referencia a nuestro querido maestro Ulises Pérego. Y después de su muerte fui designado como el coordinador de todo el grupo. El viejo profesor, nos había indicado que no escribiéramos nada relacionado con el conocimiento. Debíamos trasmitir nuestra pequeña sabiduría a través de la palabra. Pues solo con la vibración del verbo se pueden transmitir determinadas informaciones, que no entran en los libros por muy grandes que estos fueran.

Esta era el clima y la génesis de los hechos que precipitaron los siguientes acontecimientos que ahora describiré.

EL ENCUENTRO

Mi esposa, Telma Galani, era una parte fundamental, no solo de mi vida, sino de la aventura que en breve nos disponíamos a realizar. Los padres de mi esposa, poseían un enorme rancho a 100Km de San Salvador de Jujuy, lindando expresamente con el parque de Calilegua; precioso parque nacional de la República Argentina, que con cera de 73000 Ha, resultaba un oasis de verdor, de naturaleza y de vida, todavía no contaminada en los últimos años del siglo XXI.

En los comienzos del año 2097, el padre de Telma, había fallecido. Por tanto mi mujer, heredaba el rancho irremediablemente puesto que era hija única, y su madre había fallecido tres años antes. No tuvimos que pensar mucho al respecto. La vida en la ciudad era insoportable, por lo que decidimos trasladarnos al rancho a comenzar una nueva vida.

La vida en el racho era un poco más libre que en la ciudad; aunque no era menor la presión de los impuestos, del control sanitario, de las revisiones veterinarias, de los impuestos insoportables para la producción de grano y leche. La vida en el campo, en todo caso, tenía el aliciente de la vida sana y decidimos vivir de una manera más armónica. Nuestros hijos tenían 19 y 17 años respectivos y también optaron por vivir en el rancho.

Cada día en la primera hora de la madrugada tomábamos nuestro vehículo y acudíamos a la Universidad. Pero retornábamos a comer a casa y por la tarde nos ocupábamos de las numerosas tareas del rancho. Al ser vegetarianos, decidimos vender todo el ganado de cría para carne y solo nos quedamos con dos centenares de gallinas, algunas cabras y varias vacas para leche. Teníamos en la Hacienda dos familias bolivianas que se ocupaban del mantenimiento del enorme rancho que habíamos heredado.

Telma; vidente natural desde el nacimiento, acudía sin ninguna dificultad a las sesiones astrales que manteníamos en nuestro templo del Sol. Pero las capacidades psíquicas eran asombrosas. Vivía más próxima al universo astral que al físico, por tanto en nuestra casa, convivíamos con todo tipo de entidades, de las que yo; menos dotado que ella, percibía en una pequeña medida, pero Telma incorporaba estas presencias a su vida de una manera natural.

Hacia el 5 de Enero del año 2097, nos reunimos en Buenos Aires, cerca de cuatrocientas personas, de nuestro grupo de ?Ilusos?. Era la reunión anual que cada año procurábamos fuera la más importante de todas. En dicha reunión se comentaron las incidencias de las familias, de nuestras vidas y de la marcha del mundo. La percepción de todo el grupo era unánime: ?Vivir en el mundo con la conciencia que teníamos y los hábitos que practicábamos era imposible?. Pero se habían intentado varias veces diversas comunidades y todas habían terminado en tragedia; nos guste o no, el ser humano no está preparado para vivir en comunidad.

También fue unánime la percepción astral, tanto en las visitas al templo, como en las vivencias espontáneas personales; que ?algo importante? estaba por acontecer en breve.

Todos los hermanos hablaban de interferencias de seres que venían del cielo y que eran altos, delgados y muy pálidos; pero sus auras emanaban amor y sabiduría. Algo querían estos seres de nosotros. ¿Pero que era?... No nos poníamos de acuerdo. En cualquier caso, algo muy importante estaba por suceder en breve.

Se creó un grupo de visiones por cada región. Los más dotados del colectivo, nombraron a doce personas para compartir diariamente las meditaciones y percepciones astrales y una vez establecidas las conclusiones pertinentes enviarlas a los responsables de la comunicación de cada región. Uno de estos doce, era mi esposa Telma; pues era de todos conocida su capacidad perceptiva.

Hacia el 19 de Febrero. Un sábado en la mañana, Telma, sin habernos levantado de la cama me dijo: - Nos esperan en la loma vieja. Hay que apresurarse.

- ¿Quién nos espera?

- Alan

- ¿Pero quien este Alan?, no conozco a ninguna persona con este nombre.

- No sé quién es. Viene del cielo, es alto, delgado, con rosto muy pálido y ojos azules. Emana un gran amor y ha estado toda la noche en mi sueño llamándome. Le he visto aterrizar en la Loma Vieja, por lo tanto vamos a ir rápidamente allí para comprobar si es un sueño o una premonición.

- OK. Vamos.

La descripción del ser era exactamente igual a la percepción colectiva del grupo. No vestimos con rapidez y sin tomar el desayuno, nos despedimos de nuestros hijos; que nos miraban asombrados, y montamos nuestros caballos, camino de la Loma Vieja.

Tardamos una hora. Dejamos la montura en la base del cerro y subimos con esfuerzo a la cumbre. Solo quienes conocían el terreno podían ascender por una pared casi vertical. Los padres del Telma, le habían enseñado la forma de subir; no sin peligro a la plataforma pétrea que se adentraba en una montaña imposible.

Con el sudor, empapando nuestros ponchos, llegamos a la cima. Lo que vimos nos dejó petrificados: Una enorme nave lenticular emanando un halo de color verdoso estaba a cincuenta metros de nuestros rostros. Siete seres altos, delgados y tez blanca, nos miraban con una sonrisa. Eran humanos, sin duda, pero a la vez, tenían rasgos diversos y refinados. Sus labios eran más delgados, poco carnosos. El pelo casi rubio o casi blanco, era largo y les llegaba hasta los hombros. Tenían traje de vuelo. Sus ojos eran preciosos, azules y asombrosamente grandes. La cara angulosa, tenían rasgos casi orientales, aunque su color era de una gran palidez. En sus buzos estaban dibujados un árbol por el que se enroscaba una serpiente.

El que estaba en el centro se adelantó unos pasos y con una voz delicada nos dijo:

- Mis queridos hermanos; Telma y Giovanni; reciban nuestro saludo y el de toda nuestra raza.

- ¿Cómo saben estos desconocidos nuestros nombres? ? me le dije en voz baja a Telma.

- El ser siguió hablando sin hacer pausa alguna:

- Mi nombre es Alan, soy el primogénito de mi padre, del mismo nombre, que hace más de un siglo, se contactó con uno de sus científicos, llamado Daniel W. Fry. Somos terrestres, pero nuestra civilización vivió en la Tierra hace treinta mil años. Desde entonces hemos estado en el espacio y ahora retornamos a nuestra casa. El comienzo de nuestro retorno comenzó hace doscientos años, pero necesitamos este tiempo para adaptar nuestro organismo las condiciones gravitacionales del planeta. Finalmente hemos conseguido las condiciones óptimas para vivir sin rechazo entre Vds. Y les hemos contactado con el fin de establecer un plan de convivencia adecuado a nuestros intereses respectivos.

Aquellas afirmaciones nos dejaban perplejos. O esto era una broma o simplemente se trataba del acontecimiento más importante de nuestras vidas.

- Nuestra evolución además de ser diferente a las del hombre actual, es mucho más evolucionada en los aspectos morales y científicos. Teníamos la necesidad de encontrar ser humanos que se asemejaran a nosotros o bien que persiguieran los fines evolutivos que nosotros perseguimos. Llevamos muchos años inspirando y dictando al que fuera su maestro Ulises Pérego y después de su muerte, les hemos seguido a Vds., tanto en sus reuniones astrales, como en las físicas que mantienen en forma discreta a lo largo de estos años.

Casi sin querer todos nos habíamos juntado sin recelo, sin miedo y en forma natural. A continuación tomó la palabra otro de los visitantes, pero que no era hombre sino mujer y afirmó:

- Las condiciones sociológicas de sus naciones son perniciosas para el espíritu. Es difícil conseguir un estado evolutivo superior si siguen Vds., los humanos, con los actuales patrones de comportamiento.

De nuevo Alan habló:

- Nuestra intención es vivir con los voluntarios de su grupo que deseen experimentar una forma nueva de orden moral y social y es por esto que nos hemos presentado ante Vds., a fin de establecer las condiciones adecuadas para dicho experimento.

Telma y yo nos mirábamos asombrados, sin poder articular palabra. Aquello era alucinante, impensable, asombroso?

- Si Vds., nos autorizan, desearíamos permanecer unos días en su casa, con el objetivo de explicar el plan y de ofertarles tanto a Vds., como a los que lo deseen de su grupo el organigrama del plan.

Yo estaba encantado por que estuvieran con nosotros, pues si algo he amado a los largo de toda mi vida, era sin duda el conocimiento y aquellos hombres representaban para mi otro reto extraordinario para adentrarme en lo desconocido. Pero no me dio tiempo a verbalizar nada, puesto que Telma, sin consultarme para nada y seguramente leyendo en mi corazón respondió:

- Nos honra su ofrecimiento y será para nosotros un placer alojarlos en nuestra casa. Afortunadamente no tenemos muchas visitas y su presencia pasará desapercibida. En todo caso, les presentaremos como colegas de las universidades del norte de Europa, y a nadie les extrañará.

Nos invitaron a entrar en la nave. Nosotros, como si de algo familiar se tratara nos adentramos sin miedo y sin vacilación. El vehículo era mucho más grande por dentro de lo que aparentaba por fuera. Todo su interior estaba perfectamente iluminado como si de rayos de sol se tratara, pero lo curioso es que no había ni una sola ventana, o quizás, sería mejor decir, que toda la nave era una especie de campana de cristal transparente. Cuatro de ellos nos mostraron la compleja aparato logia de la misma y otros tres desaparecieron por una de las paredes del vehículo, digo paredes, porque no había puerta alguna.

Al cabo de unos minutos, Alan, otro compañero y la mujer del grupo, salieron de la misma manera que habían entrado, de una de las paredes pero no con traje de vuelo, sino vestidos con ropa normal de estilo humano. Salimos de la nave. Nos alejamos unos metros y el artefacto desapareció ante nuestros ojos envuelto en una especie de niebla. Después tomamos el camino de vuelta a casa. Una vez en ella, no fue fácil explicar a nuestros hijos la presencia de aquellos forasteros, pero ya habría tiempo de darles explicaciones.

EL PLAN

Los acontecimientos se habían precipitado, aquel proyecto nos desbordaba. A pesar de que nos considerábamos un grupo avanzado para nuestra época, esta quimera era insuperable para nosotros. Con el objetivo de planificar los próximos acontecimientos, tanto Telma como yo adelantamos las vacaciones de invierno, aunque dejamos a nuestros hijos en su rutina periódica.

Al día siguiente del encuentro llamamos urgentemente a mis hermanos más próximos con los que nos unía una total confianza y unos firmes lazos afectivos. En Tucumán vivía Richard Morrison, responsable de una explotación minera. Llamé también a Buenos aires, a dos entrañables amigos, Jaime y Pascual, dedicados a la exploración agrícola; ambos peritos agrónomos. Y de Mar de Plaza, solicité la presencia de otro hermano, periodista, llamado José Canales. 

Realice cerca de cincuenta llamadas a todos los continentes, para que el grupo se preparara para próximos acontecimientos, que por supuesto no anticipe, hasta que no tuviéramos claras las ideas.

Alan su compañera Merte y el ingeniero Rebon, estaban encantados con nuestra cocina. Eran realmente muy golosos. Al igual que todos nosotros eran vegetarianos, aunque no tomaban lácteos ni huevos y nosotros sí.

No abordamos el plan hasta que todos mis entrañables hermanos fueron llegando. Bastó una simple llamada para que en veinticuatro horas todos habían volado a mi casa. No os podéis imaginar las caras que pusieron cuando les dijimos que aquellos seres no eran Suecos, sino viajeros espaciales. Pero después de suspiros, dudas y recelos, aceptaron debatir sobre el plan.

Cada uno de nosotros expusimos a los viajeros espaciales, que de momento en nuestro planeta no era posible la vida en comunidad, pues no estábamos preparados. Y acudir sometidos a las directrices de Alan y los suyos tampoco funcionaría. Merte tomó la palabra y con voz pausada dijo:

- Hace miles de años, nuestro pueblo pasó por una terrible aniquilación de la especie. Unos pocos pudieron viajar en las naves espaciales y por miles de años nos vimos forzados a vivir en pocos metros, no solo en comunidad, sino en una plena integración física, psicológica y emocional. Aunque tecnológicamente habíamos conseguido unos niveles extraordinarios de progreso, nuestros niveles de conciencia estaban impregnados de violencia y de agresividad. La guerra con los atlantes había producido en nosotros una regresión intelectual y psicológica y nadie podía y sabía reaccionar. Nuestros viejos padres creían que viajaban hacia el exterminio. Pero fue una mujer. Nuestra heroína llamada Mara, quien tomó las riendas de las primeras pautas para el cambio.

En las pequeñas naves habíamos introducido varias especies de animales domésticos para ingerir su carne durante la travesía espacial. Pero Mara, sin avisar a nadie, las expulsó de la nave, dejando sin comida a los tripulantes. Al día siguiente se produjo un tremendo conflicto a bordo y todos deseaban matar a Mara. Pero ella dijo:

- A partir de ahora solo comeremos vegetales. Los cultivos que hemos traído de la tierra nos garantizan una nutrición sana y prolongada. Al no ingerir carne, nuestros niveles de agresividad disminuirán y será posible la vida en paz.

Y efectivamente después de unos meses todos los tripulantes pudieron comprobar que había menos tensión y que los niveles de agresividad habían disminuido. Pero desgraciadamente otro problema comenzó a alterar la vida en la comunidad espacial, puesto que la sexualidad se había desenfrenado produciendo asimismo conflictos generalizados entre todos. Una vez más Mara, que era bióloga, dio con la clave. Ensayó un bloqueante de la testosterona y un regulador estrogénico, haciendo que después de varios años, el deseo sexual se anulara en casi su totalidad y la mujer solo menstruaba una vez al año, a voluntad durante la edad fértil. Por otra parte con los años se optó por la inseminación artificial como norma en la concepción de los hijos y así el clima de convivencia fue casi perfecto.

Ahora fue Alan quien prosiguió:

- Nosotros creemos en el amor y nos unimos como Vds., pero nuestra copulación es muy escasa. Experimentamos sensaciones más placenteras desde el plano espiritual en la unión carismática de las almas, que en las del cuerpo.

Nuestro pueblo considera que la natalidad es el acto más sagrado que existe, por lo que tener un hijo no solo es un acto voluntario de la pareja, sino de toda  comunidad. Solo si se está preparado y la comunidad autoriza el nacimiento se accede a concebir un hijo. La educación del mismo no corresponde a los padres, sino a la comunidad, puesto que es absolutamente necesario tener una misma base cultural, ética y psicológica, si queremos tener un pueblo con futuro.

Telma tomó la palabra para decir:

- Todos nuestros hermanos son vegetarianos, y efectivamente con los años, las parejas dejan atrás el apasionamiento carnal para participar de otras sensaciones más relajadas, donde la amistad, la caricia y el afecto sincero regulan la frecuencia sexual. No creo que para nosotros sea difícil aceptar esta norma, puesto que prácticamente la vivimos ya. ¿Pero cómo viven Vds., la infidelidad y el divorcio?...

Rebon, que había permanecido callado tomo a su vez la palabra:

- Nuestros niveles de testosterona y adrenalina son lo suficientemente bajos como para no inclinarnos precisamente a la infidelidad. La pareja se disuelve sin problemas de común acuerdo entre los cónyuges, pero nuestro pueblo lleva ya cientos de años, sin que se den casos de divorcio.

Con el paso de los años ? dijo  Merte- nuestros biólogos consiguieron replantear toda la cascada hormonal, alterando nuestro comportamiento hacia niveles mucho más reposados y sabios. Nuestros niveles de melatonina son tres veces superiores a los suyos. Esto ha hecho que la glándula pituitaria se haga más grande y produzca en nosotros más clarividencia, más sabiduría y más longevidad.

- El exceso de testosterona, gonadotropina y adrenalina altera el comportamiento de una manera poco armónica, no solo en la promiscuidad sexual. El exceso de estas hormonas en alguna tipología humana le lleva a ser un héroe, canalizando la violencia o la acción en el combate en nombre de una bandera, una patria o alguna causa. Sin darse cuenta que nada ni nadie justifica la muerte. En otra tipología social, emerge el santo, que con su exceso hormonal le lleva al martirio, al dogmatismo excesivo y a la imposición de normas imposibles. Vds. Tienen el ejemplo de la inquisición o de los grupos fundamentalistas que plagaron el planeta de dolor y de sangre en nombre de dios. Pero es igualmente peligrosa la carencia de algunas hormonas, puesto que existe otra tipología sociológica que Vds., llaman ?espiritual? que se caracteriza por la no acción, por la pasividad y la contemplación excesiva, haciéndose un sujeto inútil para el colectivo donde vive.

Durante cientos de años nuestros antepasados consiguieron disminuir su fuerza física, aumentando más las habilidades intelectuales. Consiguieron una tecnología y unas máquinas que sustituían las características físicas de sus antepasados. La pérdida de testosterona hizo que su masa muscular bajara de tono y volumen. Además la marcha permanente por el espacio en las naves redujo la fuerza de gravedad que tenían en su planea de origen y el cuerpo se fue haciendo más sutil y menos grosero. Pero el empleo de la fuerza mental hacía ahora que un objeto levitara por la fuerza telequinésica de la mente, en vez de emplear tanto músculo.

Pero en la medida que nuestra fuerza física iba disminuyendo el espíritu requería ahora ejercicios más acordes a nuestra nueva condición, de ahí que nuestra raza practique con regularidad la meditación, la autoescucha y la canalización de energía manásica del Universo. Si Vds. Consiguieran canalizar esta energía, se darían cuenta que con ella se puede levantar cientos de toneladas de peso con una sencilla técnica mental.

Entendemos en todo caso, que Vds., no van a conseguir estas habilidades de la noche a la mañana, pero con el tiempo se adaptaran a otro modelo de vida que les dará amplias satisfacciones.

En nuestro mundo un ser equilibrado y útil, se le conoce como un hombre evolutivo; es decir aquel que mediante la inteligencia, la ciencia y el humanismo se realiza en la perfección, en la eficiencia y en el amor, hacia sí mismo y hacia los demás. En nuestra sociedad, aquellos que Vds., llaman ?santos? son para nosotros ?neuróticos? seres anormales, que rompiendo la acción de conjunto, sobresalieron en acciones o reacciones utópicas, poco útiles o violentas, aunque serán ellos mismos quienes padezcan o reciban dicha violencia.

En sus doctrinas y religiones Vds., todo lo esperan de un Dios alejado, utópico, celeste, inalcanzable. Para nosotros dios reside en el propio ser humano, haciendo mediante la inteligencia una vida positiva, placentera y de progreso. Dios tiene además de una conciencia individual, una conciencia social. No es posible progresar individualmente si no se progresa en conjunto con el resto.  El hombre terrestre, se llena la boca de dios, a la vez que se queda pasivo contemplando cómo cada segundo de tiempo muere un niño en el planeta. En nuestro mundo, basta con que muera un solo niño; no solo de hambre, sino de improvisación, de desamor o descuido para que se activen todos los recursos humanos, sociales, económicos y políticos a fin de que nunca más se de esta situación en el futuro.

Se hizo un largo silencio hasta que Alan prosiguió con una pregunta:

- ¿Aceptarían Vds., someterse a un tratamiento hormonal voluntario para ensayar la convivencia con nosotros?...

- Richard que era muy rebelde dijo un poco airado:

- ¿No pretenderán Vds., regular mi sexualidad y llenarme de hormonas?...

Merte respondió:

- ¡En absoluto!... Este es el primer ensayo que hacemos en su planeta de mestizaje de nuestra raza. Nuestro objetivo es unir a medio y largo plazo nuestras genéticas, para conseguir un ser más evolucionado. Pero de ninguna manera lo haremos sin su consentimiento. Mí querido amigo Richard, usted a demás de ser una excelente persona, tiene los niveles adrenales muy altos, por la ingestión de mucho dulce y alguna que otra cerveza.

Richard se puso colorado, diciendo: ¿Cómo sabes tú lo que tomo??

- Tu iris me lo muestra sin dificultad. Los ojos son el espejo del alma.

- No tengo ningún problema en aceptar su consejo. Pero no tanto porque Vds., me lo digan, sino porque los miles de años que nos llevan de ventaja y la experiencia acumulada es para mí una  garantía. Y aunque no me gusta aceptar los mandatos humanos, pues soy rebelde por naturaleza, soy un enamorado de la ciencia y del conocimiento.

Brotaron las sonrisas entre los presentes, puesto que Richard además de ser un gruñón, era una persona clave en cualquier grupo humano. Su sentido crítico y analítico habían salvado al colectivo de los ?Ilusos? de más de un disgusto, pero sobre todo porque su capacidad científica era decisiva. Poseía una intuición que pocos podían igualar. De hecho sus inventos aplicados a la extracción minera habían sido laureados en todo el mundo.

Durante una semana, en sesiones maratonianas se fue perfilando el plan. Todos estaban de acuerdo. Ahora se trataba de hacer llegar el plan a los distintos miembros de los ?ilusos? para que se plantearan el acudir o no a la comunidad próxima a formarse.

Dado el ascendente moral que Giovanni y Telma tenían sobre el grupo, se decidió que fueran ellos los que se comunicaran con el grupo para ponerles al día del plan.

Jaime y Pascual, junto con Merte se pusieron a planificar la comunidad a nivel agrícola y de abastecimiento de semillas e infraestructuras.

Rebon Se encerró con Richard en su cuarto para planificar los aspectos técnicos y científicos de la comunidad.

Y Alan y José Canales, se pusieron a planificar la ?Carta Magna? que estableciera las leyes pertinentes para la futura convivencia del grupo.

 

LA COMUNIDAD..............   (continua en las webs abajo indicadas)

 

 Si te interesa el material tienes el artículo completo en la sección "Kiosco" de la Web de Conciencia Planetaria: www.concienciaplanetaria.es y en la sección "Biblioteca de la Web esotérica de Heliocentro : www.heliocentro.net/esoterico.htm

 

 

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